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Woolmark Company centra su última campaña promocional en la fibra natural
The Woolmark Company se dirige a los consumidores concienciados con el medio ambiente en su última campaña, que alaba las virtudes de la fibra natural frente a las alternativas sintéticas.
Wear Wool, Not Fossil Fuel (Usa lana, no combustibles fósiles) "pretende concienciar a los ciudadanos sobre el impacto oculto de las fibras sintéticas en el medio ambiente y sobre cómo dar preferencia a fibras naturales como la lana puede ser una solución para reducir el impacto de la moda".
Esto se produce después de que la empresa realizase una investigación que ha demostrado que, aunque más de un tercio de los consumidores mundiales dicen estar dispuestos a pagar más por la sostenibilidad, "la consideración de las fibras no forma parte del proceso decisivo de compra". Además, Woolmark ha explicado que los consumidores no relacionan las fibras sintéticas con los combustibles fósiles.
La campaña incluye una serie de "mensajes visuales potentes" que ponen de manifiesto la relación entre los tejidos de fibras sintéticas y el petróleo crudo utilizado en su fabricación. La campaña está formada por un vídeo y publicidad en exteriores, y está previsto que se lleve a cabo este mes en Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Australia.
El vídeo de 60 segundos muestra a personas en apuros en una piscina, utilizando la idea de que cada 25 minutos se utiliza una piscina olímpica de petróleo crudo para producir ropa sintética, lo que supone casi 350 millones de barriles al año.
Por otra parte, la "publicidad digital exterior (DOOH) con mensajes llamativos y visualmente envolventes" se verá en "lugares emblemáticos" como Piccadilly Circus, en Londres, y en Times Square, en Nueva York, además de publicidad exterior en todo el mundo, una colaboración con WeTransfer, puntos de contacto digitales y sociales, y un micrositio, "que ofrece un destino único para entender las pruebas científicas que respaldan los beneficios de elegir la lana sobre las fibras sintéticas".
Hasta la década de 1980, las fibras naturales representaban alrededor del 60 % del armario de los consumidores.
Sin embargo, el director general de Woolmark Company, John Roberts, afirma que se prevé que, en tan solo 10 años, el 73 % de toda la ropa del mercado estará fabricado con fibras sintéticas, directamente derivadas de combustibles fósiles.
"No podemos subestimar el impacto que tienen estas prendas durante las etapas de uso y fin de vida", explicó.
"De hecho, se dice que a través del lavado entran en las aguas residuales microfibras equivalentes a 50 000 millones de botellas de plástico. La ciencia ha demostrado que las fibras de lana son biodegradables tanto en el medio terrestre como en el marino, por lo que sabemos que la lana Merino no contribuye a la contaminación por microplásticos", puntualizó.
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