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Patou presenta una colección contundente en La Samaritaine
Las Fashion Weeks parecen no tener fin en París. El viernes en la mañana, un día después de la clausura de la Semana de la Alta Costura, Patou presentó su colección prêt-à-porter para la temporada otoño-invierno 2023. Sin duda, la mejor que Guillaume Henry ha producido para la marca.
También fue el primer desfile de Henry fuera de la sede de la marca en Ile de la Cité; pareciera que trasladar la acción al último piso de los grandes almacenes de La Samaritaine resultó ser una gran fuente de inspiración.
Antes, la silueta de Henry para Patou podía resultar demasiado exagerada, voluminosa e incluso retro. Este no es el caso esta temporada, con una nueva silueta alargada y dinámica, una visión mucho más clara y una sensación de mujer en una misión.
El resultado logró ser hermoso, pero contundente, y se podía ver que a todas las modelos les encantaba usar sus looks, algo que siempre es una buena señal.
Henry abrió el desfile con un quinteto de total looks en rojo veneciano, comenzando con un vestido abrigo de satén piqué con cremallera; gorra de golf con logotipo; caddy con monograma y bolso de mano con logotipo. Alegre, juvenil y muy francesa. Acolchadas de cuero con cuello grande; faldas con aberturas a la mitad de la pantorrilla; tops-sujetadores; bolsos de tela grandes y gorros extragrandes completaban el armario completo para esta atareada chica de Patou.
El elenco desfiló en la pasarela de cristal al ritmo de la banda sonora perfecta, My Hair Looks Fierce de Amanda Lepore. Henry agregó algunas de sus habituales mangas grandes, volantes de flamenco y cuellos de gran tamaño, pero de modo que aportaran caracter al look en vez de dominarlo.
Vestidos de punto con hombros descubiertos, abrigos après-ski en denim cortados como vestidos, y algunos minivestidos plisados perfectamente cortados reforzaron la sensibilidad optimista.
El show incluyó tres nuevas colaboraciones con marcas francesas, cada una mejor que la anterior. Gafas de esquí a la moda de Bollé, botas sexys hasta los muslos de Ernest y fantásticos carritos de compras de Caddie, una de las marcas más omnipresentes en la Francia rural.
“No crecí con revistas de moda, sino con detalles. Entonces, me encanta cada vez que veo a una mujer en la calle con un carrito. Inmediatamente siento que es genial”, dice riendo Henry, quien creció en un pequeño pueblo a 100 millas al este de París.
Tras el escenario, las modelos estaban extasiadas, acosando a Guillaume con besos en una mini sesión de fotos posterior al desfile.
“Hemos estado viajando a Asia y Los Ángeles con Patou y hay una energía increíble. Hemos conocido clientes fabulosos que aman comprar en Patou; la aman porque es práctica. Así que exhibir en una gran tienda a diversos seguidores y compradores, ya sean burgueses, snobs o personas simplemente enamoradas de nuestra forma. A todos, les digo: ¡Bienvenidos a Patou!”, dijo emocionado Henry.
Aunque es propiedad de LVMH, Patou sigue siendo una casa en ciernes. Las declaraciones ante las autoridades fiscales francesas sugieren pérdidas de unos 8 millones de euros en el año fiscal más reciente. Sin embargo, relanzar una marca de moda francesa histórica, pero en estado de suspensión nunca sale barato. En general, hoy pareciera que Patou se dirige en la dirección correcta.
La casa abrió sus primeras tres tiendas en Japón el año pasado, específicamente en Ginza y Omotesandō. Sus nuevos proyectos incluyen tiendas efímeras en Corea, y en el desfile se podía sentir una base de seguidores en rápido crecimiento en la audiencia. Además, los contingentes de compradores extranjeros tenían ese brillo en los ojos que tienen cuando saben que están viendo muchos éxitos de ventas.
El desfile y la colección se sintieron como un triunfo, tanto para Patou como para Henry.
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