Louis Vuitton desafía a la lluvia en su paradisíaca isla italiana

Louis Vuitton presentó su colección Crucero en una paradisíaca isla italiana el miércoles por la noche, haciendo frente a una lluvia torrencial que obligó a los invitados a usar paraguas y arruinó alguno que otro peinado.

Pero cuando se es el buque insignia de LVMH y cuentas con una lista de invitados que incluye a Catherine Deneuve, Cate Blanchett y Emma Stone, ¿qué más da un poco de lluvia?

Probablemente el mal tiempo no fuera lo primero en lo que pensara la marca de lujo dirigida por Nicolas Ghesquière cuando eligió la pequeña Isola Bella, una maravilla de isla en las aguas azules del lago Maggiore, como escenario de su colección Crucero 2024.

Sin embargo, la lluvia hizo acto de presencia y el desfile, previsto inicialmente en los jardines de la isla, tuvo que celebrarse en el interior del barroco Palazzo Borromeo, propiedad de la familia del mismo nombre, cuyos nobles antepasados se remontan al siglo XIII.

"Lo único que Nicolas no es capaz de controlar es el tiempo", declaraba a la AFP Ford Laosuksri, redactor jefe de Vogue Tailandia, tras el desfile, mientras los invitados bebían champán y esperaban (en vano) que dejara de llover.

Laosuksri llevaba una camiseta de ganchillo con estampado de flores y sandalias, un gesto adorable, o más bien temerario, bajo una lluvia constante.

"No quería estropear mis zapatos de terciopelo", confiesa.

Ghesquière, director artístico de Louis Vuitton desde 2013, hizo desfilar a las modelos por las salas ornamentadas y de techos altos del palacio del siglo XVII con creaciones eclécticas y futuristas por las que es célebre.

Algunos looks recordaban a equipos de submarinismo adornados con volantes vanguardistas, mientras que otros parecían uniformes de esgrimistas, protegidos con gruesos acolchados en el pecho.

La tela se ceñía como un acordeón en el corpiño de un vestido sin mangas con bloques de color en azul real y oro amarillo, que aportaban textura y movimiento, y un vestido de color negro brillante se presentaba con un escote con cordón que recordaba a un popular bolso de la marca.

Los suéteres eran vaporosos y tenían una raya translúcida en la cintura, y vimos tres vestidos de gasa cortados al bies (en rosa empolvado, verde mar y azul bebé) con unas exageradas mangas abullonadas dignas de la época eduardiana.

"Fue precioso, fluido pero con fuerza", declaraba la actriz filipina Heart Evangelista.

De la pesca a la moda

Este evento de Louis Vuitton es el primer desfile de moda que se permite en Isola Bella, un antiguo pueblo de pescadores transformado por los Borromeo en un suntuoso paraíso digno de la realeza.

Reyes, reinas y emperadores han sido huéspedes del Palazzo Borromeo a lo largo de los años, como la reina Victoria, Napoleón y Josefina, e incluso el príncipe Carlos y la princesa Diana en 1985.

El miércoles acudieron a esta isla famosos e influencers de todo el mundo, como la actriz estadounidense Jennifer Connelly y Felix, del grupo de K-Pop Stray Kids.

Con cuidado de no resbalar, los invitados se cobijaban bajo los paraguas transparentes que ofrecía la marca antes de escapar al interior del palacio.

Después del desfile, algunos invitados se sentaron en bancos y posaron para hacerse fotos bajo la atenta mirada de siglos de antepasados Borromeo cuyos retratos cuelgan en las paredes.

Las colecciones Crucero están pensadas para ofrecer un armario de verano a la jet-set que tiene la suerte de poder escaparse a lugares soleados durante los monótonos meses de invierno. Durante los últimos años, se han convertido en citas de destino, y las marcas eligen cada vez con más frecuencia lugares exóticos como telón de fondo para sus propuestas de lujo.

El desfile de Louis Vuitton se suma al de Dior, que presentó el sábado en Ciudad de México una colección Crucero inspirada en Frida Kahlo, y al de Chanel, celebrado a principios de mes en los estudios Paramount de Hollywood.