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Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
14 sept. 2021
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El criticado sector del cuero lucha por la sostenibilidad

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
14 sept. 2021

El Consejo Nacional del Cuero celebró el pasado 13 de septiembre en el Palais Brongniart (segundo distrito de París) la tercera edición de su Foro Sostenible del Cuero (Sustainable Leather Forum), un lugar de reflexión sobre las buenas prácticas en la industria. Una edición donde, naturalmente, se habló de la crisis sanitaria, pero sobre todo de los esfuerzos de transparencia y sostenibilidad que realiza la industria del cuero ante las nuevas expectativas de los consumidores y una oposición al cuero que supone un desafío para la industria.


En el centro, Hélène Valade (LVMH). A la derecha, Franck Boehly (CNC). - MG/FNW


En el gran auditorio del Palais de la Bourse, bajo lo que fue el corazón de la economía francesa, más de 300 líderes y representantes de la industria del cuero se reunieron en esta vuelta de las vacaciones. Un regreso que, para las 21 federaciones y 12 800 empresas de cuero francesas, es notablemente la ocasión para un inventario después de meses de crisis. Crisis en la que la resistencia del lujo francés permitió reducir los efectos sobre el sector, pero no lo protegió de todas las dificultades.

"Aunque al sector de la marroquinería le va bien, otros segmentos de nuestro sector siguen sufriendo", recordó en el preámbulo Frank Boehly, reelegido el pasado mes de junio al frente del Consejo Nacional del Cuero.

"En particular nuestras pequeñas empresas y pymes, que representan el 90 % de las compañías de nuestro sector, teniendo en cuenta todos los oficios”, añadió.

Un punto que también abordó la viceministra Agnès Pannier-Runacher, durante un mensaje en vídeo dirigido a los participantes. "Sé que ustedes han sufrido el declive de la actividad debido a la crisis sanitaria", subrayó, dirigiéndose a una industria del cuero sólida y reconocida internacionalmente", indicó.

Pero la representante del ejecutivo también subrayó que las acciones relacionadas con el desarrollo sostenible se aceleraron durante esta crisis. "Sé que puedo contar con ustedes para duplicar los esfuerzos hacia una moda más sostenible y responsable", sostuvo Pannier-Runacher
.

Un estímulo bien recibido, pero que no responde a las crecientes críticas hacia el sector. "Existe la voluntad del Estado y del legislador de legislar sobre la huella medioambiental de las empresas", explicó Frank Boehly, que apunta a las redundancias entre los textos francés y europeo.

“Este cúmulo de textos y normas crea cierta confusión que preocupa a las empresas, sobre todo a las más pequeñas, que no están en condiciones de aplicar estas transformaciones tan costosas dentro de los plazos solicitados. Hay que tener cuidado con no dejar que el aparato burocrático aplique medidas que son inaplicables para las empresas e incomprensibles para los consumidores",comentó.


El presidente del Comité estratégico del sector de la moda y el lujo (CSF), Guillaume de Seynes, también mandó un mensaje en vídeo a los participantes. "Es un primer paso para abrir nuestro foro a otras profesiones", subrayó Frank Boehly. Para el líder de la CSF, "esta crisis ha demostrado la reactividad del sector a través de la movilización de todos los actores para la producción de mascarillas".

Guillaume de Seynes mencionó especialmente el informe del CSF sobre reubicación y sostenibilidad. "El objetivo es duplicar la participación del Made in France en el consumo de moda y productos para el hogar en cinco años", dijo el directivo, refiriéndose, más allá del cuero, a los esfuerzos realizados en lino y lana, y a los experimentos en torno al etiquetado ambiental y la trazabilidad.

Uno de los discursos más esperados de esta edición fue también el de Hélène Valade, directora de desarrollo medioambiental del grupo LVMH. Ella estimó que el sector está saliendo de esta crisis de una manera diferente a como entró en ella. Al presentar las ambiciones sostenibles del grupo, Hélène Valade también reveló las pautas de trabajo a estudiar en relación con el cuero.

"No tenemos ideas fijas por el momento. Lo que nos interesa es tener ideas basadas en datos sólidos", indica la dirigente, que evoca así la voluntad de regenerar las granjas, (del bienestar animal al impacto ambiental de las mismas), análisis de métodos de curtido y ahorro de cuero (corte optimizado y uso de desechos), sin olvidar las alternativas emergentes al cuero.



El sector del cuero frente a ONG y activistas

Los críticos de la industria del cuero ocuparon gran parte del foro. Especialmente a través de la perspectiva proporcionada por el sociólogo Eric Dénécé. El director del Centro francés de investigación en inteligencia (CF2R) recordó que el activismo por la causa animal llegó a Francia solamente a principios de la década de los 2000, donde el sector es mucho más antiguo, y a veces más violento.

"El movimiento vegano al que te enfrentas es solo un pequeño iceberg que esconde un fenómeno mucho más grande". El cual, reafirmando la legitimidad de expresar sus opiniones, apunta a la amenaza de un 'túnel de radicalización', en el que se suceden ideología, estructuración, militancia, activismo y, finalmente, terrorismo. Una etapa de la que afortunadamente todavía estamos lejos en Francia", apunta el observador, que no obstante denuncia la preocupación de Greenpeace ante ciertas tensiones en sus filas.


CNC


“Podemos criticar los métodos, pero no podemos negar que esto permitió dar la alarma y movilizar a los actores sobre la cuestión”, apuntó Jean-Luc Angot, presidente del Comité Nacional de Etica de Mataderos (CNEAB, por sus siglas en francés), refiriéndose a vídeos de ONG sobre granjas y mataderos que no cumplen las normas.

“No debemos pensar en términos de lucha o reacción, sino en términos de acciones”, afirmó el responsable.


Este último se refiere a la ley Egalim, que amplía las condiciones ya impuestas a las explotaciones agrícolas sobre el transporte y los mataderos. “El etiquetado de bienestar animal es importante para el consumidor, pero también para diferenciarse de otros mercados que no siguen las mismas reglas de bienestar animal”, manifestó.

“Dentro de las ONG hay verdaderos especialistas con los que podemos trabajar”, ​​dijo Ywan Penvern, socio de Deloitte Sustainability France. Él mencionó en particular los proyectos piloto en torno a la videovigilancia analizados por inteligencia artificial para identificar problemas en granjas y mataderos.

“El aumento de la proporción de pieles de primera calidad”, recordó el especialista, “es el resultado de todos los medios que han llevado a una mejor desinfección de los locales, a la reducción de los focos de daño en las granjas, a un aumento de la vacunación contra la tiña, al tratamiento sistemático contra los piojos”.

Pero las ONG y los activistas no son los únicos que se dirigen a los profesionales del cuero. “Algunos utilizan estos temas como trampolín político. Otros tienen intereses económicos ocultos, con grupos que hacen acuerdos para no ser atacados”, advirtió Eric Denécé.

“Pero también hay una desestabilización competitiva, con grupos que envían ONG a sus competidores. Entonces no son solo las ONG veganas en tu contra, también hay, a veces, otras empresas”, destacó el especialista.



Marcas de calzado frente a la sostenibilidad

Para esta edición del Sustainable Leather Forum, el CNC ha querido mirar el caso específico del calzado. Especialmente el calzado deportivo y los esfuerzos de grupos y marcas para hacer sostenible su oferta, incluso más allá del uso del cuero, particularmente en términos de pedidos de larga distancia, el sector ha contabilizado 480 millones de pares importados en el ejercicio 2019.


CNC


“Estos 480 millones no los podremos comprar en Francia”, tanteó inicialmente Mickaël Royer, vicepresidente del grupo homónimo (Kickers, Mod8, Charles Jourdan…). “Porque hemos perdido algo de 'savoir-faire', pero también por la falta de inversión en innovación que hace que algunas fábricas asiáticas sean más modernas que las europeas”.

Su grupo no alimenta una reflexión global sobre el Made in France, más allá de proyectos puntuales, en paralelo con producciones portuguesas, españolas e italianas. En cuanto a la sostenibilidad del producto, el grupo tiene como objetivo, por su parte, implementar el etiquetado GRS (Global Recycled Standard), que garantiza el uso de materiales reciclados.

El grupo Salomon asumió el reto del calzado 100 % reciclable con su modelo Index.01, fabricado en poliéster reciclado y TPU (poliuretano termoplástico), con el objetivo de desarrollar calzado fabricado en Francia. Esto se ha hecho recientemente. Salomon acaba de empezar a producir sus primeros modelos, que saldrán a la venta a principios de 2022. Un desarrollo habilitado por la planta de alta tecnología ASF 4.0 desarrollada por la empresa Ardèche Chamatex, y de la que Salomon es el socio principal.

"Asia seguirá siendo el centro neurálgico del calzado deportivo", opinó Marie-Laure Piednoir, responsable de desarrollo sostenible de la marca, quien, sin embargo, señala que Salomon ha racionalizado su oferta de proveedores allí, reduciéndose a dos, “lo cual facilita los controles”.


En cuanto a TBS, marca del grupo Eram, Made in France ya representa 180 000 pares al año y el 20 % de la facturación. Una parte que la empresa pretende potenciar. “Esto requiere agilizar los procesos industriales, que a veces todavía son bastante arcaicos”, señaló Pauline Ranger, jefa de producto de calzado.

Ella menciona un proyecto de chanclas hechas con algas recicladas y el proyecto “yourth”, que pronto permitirá ofrecer una zapatilla de fieltro de lana en Morbihan. “El ecodiseño no es solo un producto, es todo un ecosistema que hay que construir”, resumió la responsable.


Creador y director de la empresa Insoft, propietaria de la marca de calzado Ector, Patrick Mainguené ha hecho de la innovación, la proximidad y el medio ambiente sus palabras clave. “Queríamos demostrar que podíamos ofrecer productos de baja tecnología a las marcas que tenían demanda”, explicó el fabricante, que participó en el reciente proyecto “Cité de la Chaussure” en Romans-sur-Isère y en el proyecto de centro de reciclaje de calzado apoyado por ReFashion cerca de Berlín.

“Estos millones de pares son un depósito con el que no sabemos qué hacer y que debemos saber reciclar”, indicó el fabricante.


“Reciclar un zapato sigue siendo muy complicado porque hay muchos componentes”, recordó Mickaël Royer.

“Puedes aplastarlo todo para intentar hacer algo de nuevo, pero desarmarlo pieza por pieza todavía no es una opción. Aquí es donde Vinted y la segunda mano siguen siendo la mejor solución. Depende de nosotros partir del principio de que, si nuestros productos viven más tiempo, tendremos que crearlos en consecuencia”, concluyó el dirigente.

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