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Dolce & Gabbana: elegancia sin drama
La gran pregunta que todo el mundo se hacía al entrar al show de Dolce & Gabbana este sábado en Milán era cuantos chinos habría entre el público, dada la cancelación y la masacre por internet que vivió el dúo en Shanghái en diciembre.
Al final, fue difícil encontrar a alguien de la República Popular en el show, que presentaba una colección que destacaba la excelente ropa que Dolce & Gabbana puede idear.
Llamado “Eleganza”, el show se llevó a cabo bajo estricta seguridad en el Viale Piave, con un grupo de una docena de sastres en el escenario, cosiendo y ensamblando trajes reales a medida.
La casa milanesa pretendía claramente ser amable. Un equipo de camareros en traje rojo estaban de pie dentro del vestíbulo, sirviendo a los invitados flautas de champán frío.
Cuando las luces se oscurecieron, un maestro de ceremonias se acercó a un atril e introdujo cada sección en una prosa algo grandiosa. Comparando Dolce y Gabbana con Leonardo da Vinci, los mosaicos de Rávena, los papas del Renacimiento y los emperadores romanos. Aunque la verdadera inspiración fue, de hecho, la "alta aristocracia siciliana", como subrayó el autor.
Por encima de la audiencia de 700 personas, las pantallas de video proyectaban imágenes en blanco y negro de sastres cosiendo y cortando a conciencia. En la pasarela, por otro lado, todo se volvía una explosión de color. Inicialmente, algunos trajes negros cortados con destreza, hechos con enormes rasgos (nota del redactor: el skinny jean está fuera de juego para cualquiera que gane más de un cuarto de millón de dólares) y luego una brillante visión interna: una combinación de espiga, Harris Tweed, Príncipe de Gales y raya diplomática que debería haber sido un desastre hippie pero fue extraordinario.
En general, sin embargo, los diseñadores llenaron la pasarela de looks con deslumbrantes brocados. El barroco siciliano al máximo. Brillantes vestidos de bata dorados y chaquetas de terciopelo que hacían que un traje de luces pareciera apto para un funeral.
Lo cortaban todo de forma estricta, chaquetas cortadas en la cintura con cuellos altos y pantalones ajustados, deslumbrantes tanto con sus cortes como con las impresionantes telas. Stefano Gabbana y Domenico Dolce salieron vestidos de negro, casi aliviados al recibir un aplauso tan respetuoso, después de la debacle de Shanghai, donde un vídeo sin tacto y algunas palabras muy poco sabias en Instagram les llevaron a cancelar un espectáculo de pasarela masivo en la ciudad en el último minuto.
En el backstage, ambos se mostraron adecuadamente tímidos, dado su ataque en Internet el año pasado. Aunque quizás no sean del todo bendecidos con la silueta estricta de su colección. Dicen que el estrés puede dar lugar a un apetito exagerado.
"Buon Anno!" dijo Domenico; "Feliz Año a la Elegancia," añadió Stefano.
Al final, una colección de prendas muy codiciadas, aunque muchas de ellas tratadas y probadas. Y, sobre todo, un regreso a la pasarela sin dramas.
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