De Pablo Isla a Marta Ortega: análisis de la transición acelerada de Inditex

Por:

Triana Alonso

Publicado el
6 dic. 2021

No se puede decir que el salto de Marta Ortega a la primera línea de Inditex haya sido una noticia inesperada. Su nombramiento como presidenta del grupo fundado por su padre, Amancio Ortega, llega como la consolidación del relevo generacional en un proyecto familiar que ha ido perfilándose en los últimos años con la progresiva mediatización de su figura y la ampliación de sus iniciativas y responsabilidades en el seno de la empresa gallega y, más concretamente, en su cadena estrella Zara. Ha sido más bien la cuestión de “timing” la que ha sorprendido a más de un actor del sector, suscitando el escepticismo de los analistas bursátiles. El próximo 31 de marzo de 2022, Pablo Isla pondrá fin a su etapa como presidente tras 17 años de trayectoria en la compañía. La “renuncia” del numerosas veces considerado mejor CEO del mundo no solo parece haber llegado antes de tiempo, sino que su anuncio irrumpe en un complejo contexto de incertidumbre, sanitaria y de suministro, en el que la transformación digital y las obligaciones en materia de sostenibilidad marcan la agenda de los gigantes del fast fashion. Para liderar la nueva etapa de la compañía, Inditex ha mirado fuera de sus filas, apostando por Óscar García Maceiras, un abogado gallego de extensa trayectoria en el sector de la banca que se incorporó a la empresa hace tan solo unos meses. ¿Qué significa el movimiento estratégico que se saldará con el adiós del hombre responsable de haber liderado la transformación de Inditex?

“Inditex es una empresa más de equipos que de individualidades”, comenzó Pablo Isla en su discurso ante la prensa, el pasado martes 30 de noviembre, reconociendo la labor de todos los trabajadores de la compañía y agradeciendo “el apoyo y cariño del consejo y Amancio Ortega”. Tras 17 años, como consejero delegado desde 2005 y presidente desde 2011, descritos como “un periodo muy fructífero” el ejecutivo renunciaba a sus responsabilidades como presidente y miembro del consejo de administración de la empresa, con efecto el próximo 31 de marzo de 2022. Hasta entonces, Pablo Isla se responsabilizará de “culminar esta transición como conclusión al compromiso con Inditex”.

Los que para Isla son “cambios muy relevantes” y fruto de una reflexión propia “junto a Amancio Ortega”, implicarán el ascenso de Marta Ortega como presidenta del grupo, con el carácter de consejera dominical, con efectos a partir del 1 de abril del próximo año. “Marta lleva 15 años en la empresa, ha impulsado muchas iniciativas y la conoce muy bien. Seguirá muy involucrada con el producto, supervisando la oferta de moda de Zara”, comentó brevemente el hasta ahora presidente sobre su futura sucesora. 

Ante la ausencia de Marta Ortega en la rueda de prensa, sí estuvo presente Óscar Garcia Maceiras, quien dedicó unas breves palabras de agradecimiento a la labor de Isla. El que fuera secretario general y del consejo desde el pasado marzo, es ahora el encargado de ponerse al frente de las responsabilidades de carácter operacional y de liderar la nueva etapa de la empresa con sede en Arteixo. Nombrado consejero ejecutivo y consejero delegado con efecto inmediato, el que en su día fuera Abogado del Estado y responsable en entidades bancarias como Banco Pastor, Banco Popular, SAREB o Banco Santander, sustituye en el puesto a uno de los hombres afines a Isla: Carlos Crespo. 

Una inesperada "renuncia" que da paso a una nueva era

Después de únicamente 2 años en el cargo, el ejecutivo ha sido reorientado en la compañía hacia el puesto de director general de operaciones, transformación sostenible y digital. A diferencia de Maceiras, Crespo es un nombre con recorrido en Inditex, a la que entró a formar parte hace dos décadas. El movimiento en la cúpula directiva, sobre el que corrían ciertos rumores desde comienzos de la semana, se hizo efectivo el pasado martes 30 a primera hora de la mañana a través de un comunicado remitido a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), que incluía la sorprendente “renuncia” de Isla. No son los únicos pesos pesados de la compañía en alejarse de la primera fila de la compañía. El pasado mes de enero, el secretario del consejo, Antonio Abril, abandonó Inditex tras más de 3 décadas a los servicios de Amancio Ortega.

Pese a la discreción corporativa y la comunicación medida al milímetro a la que acostumbra el grupo de Arteixo, la imprevista rueda de prensa (la próxima comparecencia física ante la prensa se mantiene prevista para el mes de marzo, coincidiendo con la presentación de sus resultados anuales) dejó vislumbrar algunos detalles no sin importancia más allá de las cortas declaraciones limitadas a la comunicación ya emitida en las notas de prensa, en las que se subrayaba la “continuidad del modelo” de cara a la futura etapa de la empresa.

Fue el caso de las numerosas menciones de Pablo Isla a Amancio Ortega y su estrecha relación, su semblante afectado inhabitual en sus comparecencias públicas y el reconocimiento a la labor de algunos de los responsables de las cadenas, de los cuales ninguno forma parte del órgano de nueva creación, un comité formado por directivos de extensa trayectoria en la compañía: el ya mencionado Carlos Crespo, Pablo del Bado Rivas (director general de Pull&Bear), Miguel Díaz Aranda (director financiero y de operaciones de Zara), Ignacio Fernández Fernández (director general de finanzas de Inditex), Javier García Torralbo (director general de e-commerce de Zara), Begoña López-Cano (directora general de personas de Inditex), Beatriz Padín Santos (directora de mujer de Zara), Jorge Pérez Marcote (director general de Massimo Dutti) y Óscar Pérez Marcote (director general de Zara).

“Abordamos esta transición ahora porque entendemos que es un momento óptimo y la compañía tiene solidez. Llevamos tiempo preparándola de manera discreta. El modelo de negocio y los valores de la empresa están absolutamente presentes y acompañarán siempre a la compañía”, se esforzó en aclarar Isla. Sin embargo, los inversores no acogieron con tal optimismo los cambios organizativos y las acciones de la empresa con mayor capitalización de la bolsa española cayeron más de un 6 % el mismo día del anuncio, pese a haber acumulado unas ganancias del 9,5 % en lo que va de año. Si bien desde Bankinter estimaron que tras la primera reacción negativa, a medio plazo el equipo directivo mantendrá las líneas estratégicas del grupo, desde la firma de análisis IG señalaron que la compañía ha sufrido "un duro varapalo ante la aparición de la pandemia, viéndose prácticamente obligada a realizar un cambio en su modelo de negocio". Ante las dudas del sector financiero, el presidente comentó: “Siempre he pensado que el precio de la acción hay que mirarlo en el largo plazo y tengo plena confianza de cara al futuro”.

El hombre que lideró el salto de gigante de Inditex

La llegada de Pablo Isla a la empresa gallega se produjo a sus 41 años, en 2005, cuando el cazatalentos Carlos Alemany lo colocó en el horizonte de Amancio Ortega, quien acabó convirtiéndolo en su vicepresidente, consejero delegado y hombre de confianza. Por aquel entonces, el ejecutivo licenciado en derecho por la Universidad Complutense de Madrid ya presumía de una brillante trayectoria: primero como Abogado del Estado, entre 1989 y 1991, y seguidamente en el ámbito financiero como consejero en diversas instituciones del Banco Popular. Tras un regreso de 2 años a la administración pública como director general de Patrimonio del Estado en el Ministerio de economía y Hacienda, Pablo Isla fue nombrado secretario general del banco español, antes de ocupar la presidencia del consejo de administración de la tabacalera Altadis y de dirigir Logista. Solo 6 años después de su aterrizaje en Arteixo, el ejecutivo madrileño fue nombrado presidente, tomando el relevo del fundador del grupo textil.

Al igual que hizo en su día su predecesor, José María Castellano, responsable de la salida a bolsa y estructuración de la profesionalización de Inditex, Pablo Isla dirá en unos meses adiós a una compañía que queda en mejor estado que cuando llegó a sus manos: rigurosa en su gestión y con un modelo integrado que funciona como un reloj suizo, consolidada como un gigante textil internacional al haber elevado su tamaño de unas 3000 a más de 6000 tiendas físicas y multiplicado su valor en bolsa por 10. “No me gusta personalizar. Creo que el trabajo que hemos hecho entre todos en los últimos años ha sido fantástico y hemos superado retos muy difíciles como la crisis financiera o la del Covid-19”, concluyó Isla cuando fue preguntado sobre su aportación al grupo en los últimos años.

Según consta en el informe anual de remuneraciones de Inditex en la CNMV, el ejecutivo abandonara Inditex con un plan de pensiones en el que acumula 9 millones de euros, además de los casi 2 millones de acciones (valorados en alrededor de 55 millones de euros) con los que cuenta desde su nombramiento como presidente del grupo. Sobre su futuro, Pablo Isla se abstuvo de hacer comentarios y simplemente sonrió, declarando que los próximos meses estará concentrado en el proceso de transición en la empresa de la que todavía forma parte. En cualquier caso, su codiciado talento no se dirigirá hacia ninguna empresa rival. Al menos, no durante los próximos 2 años, por los que podría ser indemnizado con 2 anualidades (unos 6,5 millones de euros), una de ellas calculada como compensación de la obligación de la no competencia.

El hombre discreto que no quiere atribuirse el logro del salto de gigante de Inditex se despedirá de la empresa, y del sector textil, el próximo mes de marzo. Con la incógnita abierta sobre su siguiente destino, cabe esperar que, a sus 57 años, Pablo Isla continúe su brillante carrera en un rol dedicado a la transformación social o la innovación. Propuestas no le van a faltar.