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C&A y Hugo Boss son acusadas de beneficiarse del trabajo forzado uigur

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AFP
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Hernandez Sebastian
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7 sept. 2021

Defensores de los derechos humanos anunciaron el lunes que han presentado una denuncia en Alemania contra varias compañías, incluidas C&A y Hugo Boss, a las que acusan de beneficiarse del trabajo forzado de la minoría uigur en China.


Boss - primavera-verano 2021 - Milán - © PixelFormula


El Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR, por sus siglas en inglés), una ONG con sede en Berlín, dijo que había "presentado una denuncia contra varias compañías alemanas" por "presunta complicidad en crímenes de lesa humanidad".

Entre las compañías señaladas se encuentran las marcas de moda Hugo Boss y C&A, y las cadenas de tiendas Lidl, Aldi Nord y Aldi Sud. La asociación acusa a estas empresas de "aprovecharse y ser cómplices, directa o indirectamente, del trabajo forzoso de la minoría uigur en Xinjiang" (oeste).

Las naciones occidentales acusan a Pekín de encarcelar masivamente a miembros de esta comunidad predominantemente musulmana y de habla turca en el oeste de China en campos de trabajo masivos.

Sin embargo, las empresas objeto de la denuncia tienen fábricas de suministro en la región, lo que han "declarado pública y voluntariamente", comenta Miriam Saage-Maass, directora de ECCHR.

Si bien la ONG dice que es difícil obtener pruebas tangibles del uso del trabajo forzado, "la cuestión es determinar si mantener relaciones comerciales es una forma de ayudar y fomentar estos delitos". "Creemos que estos cinco casos son solo un ejemplo de un problema mucho mayor y más sistemático", dijo la activista.

En abril, la asociación anticorrupción Sherpa también presentó una denuncia similar en Francia contra cuatro empresas multinacionales de ropa, incluidas Uniqlo y Zara.

Esto motivó la apertura de una investigación a fines de junio por parte de la división "Crímenes de lesa humanidad" del cuerpo antiterrorista de la Fiscalía Nacional (Pnat).

Estados Unidos afirma que Pekín está llevando a cabo un genocidio contra los uigures y otros pueblos turcos en Xinjiang, donde los expertos estiman que hay más de un millón de personas detenidas.

Beijing niega el término genocidio y describe los campamentos como centros de formación profesional, una afirmación rechazada por los uigures que dicen que se ven obligados a renunciar a sus tradiciones religiosas.

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