Bogotá - Las distintas culturas colombianas tejieron el jueves el broche final a la décimo segunda edición del Círculo de la Moda de Bogotá con prendas de inspiración indígena y selvática que marcaron las apuestas del colectivo de diseñadoras wayúu, Tul, Juan y Ricardo Piñeres para la temporada Otoño-Invierno 2013-2014.

Con una colorida puesta en escena, los complementos y bordados inspirados en la grafía indígena wayúu de la costa colombiana se convirtieron en los referentes de las creaciones de las diseñadoras de la Guajira (norte) Marta Arredondo y Bertha Enríquez.

La combinación de texturas y bordados definieron así un estilo propio en prendas, bolsos y joyas que en el caso de Arredondo tuvo como hilo conductor la conocida manta wayúu, un vestido típico de la región que define siluetas ligeras y asimétricas con estampados de artistas autóctonos.

Mochilas, bolsos y colgantes tejidos a mano por artesanas de la región combinaron con diseños en cuero y piedras, así como una variopinta paleta de colores para recrear una estética cien por cien colombiana.

El fucsia y el verde en una subida coloración se convirtieron por su parte en los referentes de Bertha Enríquez, quien cuidó el trabajo artesanal de las comunidades ancestrales de su tierra para unirlo a la elegancia y cotidianeidad actuales.

La recuperación y homenaje a la cultura palenquera, heredera de los descendientes africanos que llegaron como esclavos a las costas americanas, es también el eje vertebrador de "Tropical", el último trabajo de la marca Tul que lideran las colombianas Camila Lemoine y Alessandra Osejo.

Al más puro estilo caribeño, con coloridos pañuelos para recoger el peinado y ligeras faldas con vivos estampados florales, las modelos desfilaron al ritmo de la música palenquera que sonó en directo durante todo el desfile.

La saturación de coloridos estampados recuperó la naturalidad de las mujeres afrodescendientes que residen en Colombia a la vez que reconoció los orígenes de una cultura que ha conseguido sobreponerse y mantener sus tradiciones.

Blusas, tutús, vestidos y faldas cortas jugaron con una paleta de colores alegres y otoñales que confluyeron en la apuesta final de Tul por originales vestidos nupciales, donde un tocado de pañuelo blanco sustituyó al tradicional velo.

Y de la costa hasta la oscuridad de la selva amazónica, la marca colombiana Juan presentó su último trabajo inspirado en el mundo animal de serpientes, cobras y reptiles que habitan en los trajes masculinos a través de siluetas, brillos y texturas.

Bermudas acompañan originales abrigos y trajes en los que el negro dialogó ocasionalmente con el azul y con texturas como el cuero o el algodón que buscaron proyectar una imagen masculina mucho más sofisticada y moderna con toques rupturistas.

El diseñador Ricardo Piñeres finalmente cerró la pasarela con un retorno a lo urbano a través de su colección "Cosmopolitan Girl", una colección dirigida a la cotidianeidad de la mujer trabajadora que necesita adaptarse con facilidad a todo tipo de situaciones.

Con una marcada influencia de los noventa que alcanzó el peinado y el maquillaje, Piñeres recuperó pantalones entubados hasta la cintura, faldas de distintos largos, y cortes geométricos que combinaron con colores tenues como el negro, el marfil, el azul y el dorado.

El calzado complementó su propuesta con altas botas por encima de las rodillas.

Bajo el lema "Evolución", el CMB cerró las pasarelas de su décimo segunda edición con la vista puesta en la renovación de la moda hacia una esfera más chic, pero capaz de alternar con elementos naturales, de Belle Époque, futuristas y vanguardistas para los vestuarios de la temporada Otoño-Invierno 2013-2014.