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Jazz real en el Palacio de Windsor en el desfile de Erdem
“Me encanta la idea de cambiar roles. Tanto si es un músico de jazz en el palacio real como si es se trata de la reina en un club nocturno”, sonrió Moralioglu tras presentar su remarcable desfile en Londres.
Una ráfaga de couture ha inundado la capital del Reino Unido este lunes y a ningún otro ha llegado tanto como a Erdem. El diseñador ha llevado a cabo una investigación de verano sobre el vestuario privado de la reina de Inglaterra en el Palacio de Windsor.
El diseñador se inspiró a partir de la fotografía tomada cuando la reina de Inglaterra conoció a Duke Ellington en Leeds. Aparentemente, el padre de la reina, Jorge VI, fue un gran fan de Duke. El resultado logra ser atrevido y elegante al mismo tiempo. Su lookbook consiguió capturar de un modo brillante la esencia, con disparos de la reina bailando y la cantante de jazz Dorothy Dandridge balanceándose en seda.
La colección actual es digna de un taller couturier en lo más alto de París, en la que Erdem juega con las referencias británicas como los cardos, los puerros y las rosas, que trabaja en maravillosos vestidos. La inspiración vino en muchos casos de la mano de vestidos llevados por las damas de honor de la reina en su coronación, que extrañamente corta a nivel del tobillo y deja inacabados.
El diseñador también mostró dramáticos entallados vestidos abrigo en inesperados jacquards, así como una variedad de magníficos y apagados abrigos estilo Príncipe de Gales con atrevidos lazos verticales. Todo acompañado de tacones y alpargatas de satén cubiertas de perlas.
“Mi intención era coger lo formal y ponerlo boca abajo”, explicó el diseñador turco-canadiense en el backstage, al mismo tiempo que agradecía a Caroline de Guitaut, jefa de artes decorativas de la Royal Collection Trust (Fundación de la Colección Real británica), por haber hecho posible la colección.
Erdem tiene una escasa obra y no se vió ni un solo par de pantalones en todo el desfile, pero la colección fue tremendamente bella. El desfile se llevó a cabo en un garaje en desuso convertido en un decadente local de jazz de los años 50 y recibió una tremenda y bien merecida ovación.
“Duke Ellington estaba tan enamorado de la reina tras su encuentro que escribió esta dramática y sexy pieza musical. Se perdió en el Smithsonian y no se tocó hasta el 2002. ¡Tras haber sido tocada una sóla vez!”, dijo entusiasmado Erdem, cuyo tema final fue The Queen’s Suite por Ellington y su orquesta.
“Estaba pensando en Duke y en el Cotton Club y Dorothy Dandridge, Ella Fitzgerald y Billie Holiday y quería un magnífico intercambio, un cambio de roles. Como si la reina hubiera bailado toda la noche. Dos maravillosos mundos que colisionan. Después de este verano necesitamos algo que celebrar”, concluyó tras su primer desfile de moda en Londres esta temporada.
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